"Desde luego, los mayores son realmente extraordinarios"

"Desde luego, los mayores son realmente extraordinarios"
"Habitantes de la tierra: ciento once reyes, siete mil geógrafos, novecintos mil hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos, trescientos onnce millones de vanidosos, es decir, alrededor de dos mil millones de personas mayores"

martes, 9 de junio de 2009


Los locutorios como lugares, los locutorios como no lugares… Los locutorios como estaciones de relación, concepto integrador que nos permite poner en juego todas las aristas y dimensiones que lo atraviesan, todos los usos y características que lo configuran. En este sentido, entendiéndolos como estaciones de relación, es que los locutorios se articulan, ya no como espacios fronterizos, sino que son espacios “entre fronteras”, es decir, espacios construidos entre el “aquí” y el “allí”, donde el/la inmigrante recurre para mantener esa cotidianeidad con su comunidad de origen, con su familia, con sus amigos/as. Las distancias ya no son tan pesadas como antes o, al menos existe un lugar donde relativizarlas, donde compartir la distancia, la movilidad y la vivencia migratoria. Los locutorios podrían entenderse, como un “marcharse sin irse del todo”, es decir, en una forma de irse físicamente del país de origen, pero no socialmente, y donde uno puede mantener los lazos de forma constante. Los locutorios se articulan, de este modo, como lugares de referencia, como puntos de encuentro y/o reunión donde establecer conexiones. Conexiones que posibilitan formar parte de redes, redes que permiten la vinculación cotidiana y permanente entre las comunidades de origen y de destino. Conexiones y vinculaciones no puntuales y/o transitorias, sino que responden a intereses compartidos por donde discurren los flujos de relación y de información.

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